Tuesday, August 02, 2005

CLETUS EL PAYASO


Cletus reía sin parar. Era parte de su oficio; Reir y si la tarde se daba bien, que algunos de esos niños engreídos y antipáticos también lo hicieran y sacarse unos dólares extra por los servicios prestados. Odiaba su asqueroso disfraz, dos tallas mayor y maloliente. Odiaba a su jefe, un amargado que sólo era feliz mandándole a los peores servicios, los mas alejados, los peor pagados. Odiaba a esas estiradas madres, que le hacían ser servicial y le humillaban cuando le decían “En fin, no era el que esperábamos, pero pase”.

Así que, cuando aquella tarde, uno de los niños tuvo la ocurrencia de utilizarle como saco de boxeo, algo se cortocircuitó en su cerebro. Un viaje a su viejo automóvil le sirvió para hacerse con la recortada que guardaba en el maletero. Nunca la había utilizado, pero parecía un buen momento para hacerlo. La caja de cartuchos fue al inmenso bolsillo izquierdo de su pantalón. Tendría para doce o trece disparos, suficientes.

Un estúpido niño salió tras suya; Era el que celebraba el cumpleaños y parecía enfadado.- ¡Eh, tú!; ¡Vuelve dentro!.

El primer disparo fue para él, deferencia de Cletus ante el protagonista del día. Luego, en el interior, alguno intentó esconderse, con poco éxito. Ya no se reían tanto como antes, incluso lloriqueaban pidiendo clemencia. A la madre la alcancé en la cocina, cuando llamaba a la policía. No me pareció tan estirada con un agujero en la espalda.Las sirenas se acercaban. No importaba; Por primera vez había terminado satisfecho por su actuación

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